Para aceptar eficientemente los alimentos ofrecidos con cuchara, el lactante debe poder mover el labio superior hacia abajo para “barrer” o limpiar la comida de la cuchara con los labios (en lugar de succionarla). También debe contar con las funciones orales-motoras necesarias que le permitan a la lengua recibir alimento en su superficie, formar un bolo, levantarlo y presionarlo contra el paladar duro para transportarlo a la parte posterior de la cavidad oral, donde se activa el reflejo de deglución. Este es un movimiento complejo que requiere que las estructuras orales se muevan de forma independiente en lugar de moverse juntas como en la succión. Por esto, un requisito previo para que surjan estas habilidades es que el niño haya ganado estabilidad oral para controlar la mandíbula, la lengua y los labios. Esto se desarrolla junto con la estabilidad y el control de la cabeza y el tronco.
Habiendo mencionado esto, cuando los lactantes inician la alimentación complementaria entre los 4 y 6 meses (dependiendo el contexto) es importante apoyarlos con una cuchara que sea sencilla de manipular y que poco a poco vaya progresando, al mismo tiempo que sus habilidades se van perfeccionando. Por esto, podríamos establecer lo siguiente:
Una cuchara adecuada para las habilidades y desarrollo del lactante puede hacer la diferencia en su comportamiento alimentario.
Escrito por: Katia Rodríguez LN, NCP. Coordinadora de Nutrición Infantil en CIENutrition.
Lectura recomendada:
EFSA Panel on Nutrition, Novel Foods and Food Allergens (NDA), Castenmiller J, de Henauw S, et al. Appropriate age range for introduction of complementary feeding into an infant's diet. EFSA J. 2019;17(9):e05780 https://efsa.onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.2903/j.efsa.2019.5780
Kleinman R, Greer F. Pediatric nutrition. 8th ed.: American Academy of Pediatrics; 2019.