Dentro de la comunidad de profesionales de la salud existe controversia respecto al uso/recomendación del chupón, chupete o chupo (usaremos el término “chupetes” de forma general en este texto). Esto, debido a que su uso se ha relacionado con interferencia con la lactancia humana, problemas orales y del lenguaje. Sin embargo, la evidencia no es contundente al respecto e incluso se han relacionado también con efectos benéficos.
En primer lugar, se ha considerado negativo por relacionarlo con un efecto negativo sobre la lactancia humana, pero ¿qué dice el Código Internacional de Comercialización de sucedáneos de la Leche Materna respecto al uso chupetes?
Como es sabido, el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna es un conjunto de recomendaciones dirigidas a regular la comercialización de los sucedáneos de la leche humana (LH), los biberones y las tetinas, cuyo objetivo es frenar la comercialización agresiva e indebida de sustitutos de la LH. Además, en él se establece que se debe prohibir por completo cualquier tipo de promoción de los sucedáneos de la leche humana, los biberones y las tetinas en los servicios de salud. Es decir, el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna no se refiere al uso de chupetes.
Continuando con el posible impacto de los chupetes sobre la lactancia humana es importante retomar lo indicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). En este sentido, encontramos los “Diez Pasos para una Lactancia Exitosa” cuyo objetivo es proteger, promover y apoyar la lactancia humana.
En el 2017, la Guía de la OMS: “Proteger, promover y apoyar la lactancia materna en los establecimientos que brindan servicios de maternidad y recién nacidos” examinó la evidencia de cada uno de los Diez Pasos originales que se publicaron en 1989 y reformularon los Diez Pasos manteniendo el tema básico de cada uno y cumpliendo plenamente con el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna y las resoluciones pertinentes de la Asamblea Mundial de la Salud.
El paso número 9 habla sobre el uso de biberones, tetinas y chupetes y ahora se centra en asesorar a las madres sobre su uso, en lugar de prohibirlos por completo. Se encontró que la evidencia para una prohibición total de su uso era débil, ya que la revisión sistemática realizada en el proceso de desarrollo de la guía encontró poca o ninguna diferencia en las tasas de lactancia humana entre los recién nacidos a término sanos que usaron biberones, tetinas o chupetes en el período posparto inmediato y los que no.
Entre los bebés prematuros, las revisiones sistemáticas sobre la succión no nutritiva no encontraron una diferencia en los resultados relacionados con la lactancia humana y encontraron un impacto positivo reduciendo la duración de la estancia hospitalaria. Sin embargo, para los bebés prematuros, todavía se desaconseja el uso de biberones y tetinas. Por otro lado, para los bebés prematuros que no pueden amamantar directamente del pecho, la succión no nutritiva y la estimulación oral pueden ser benéficas hasta que se establezca la lactancia, resaltando que la succión no nutritiva o la estimulación oral implica el uso de chupetes o un dedo enguantado.
Si bien las pautas de la OMS no exigen que se eviten por completo los biberones, las tetinas y los chupetes para los bebés nacidos a término, existen varias razones para tener cuidado con su uso, incluida la higiene, la formación de la cavidad oral y el reconocimiento de las señales de hambre y saciedad. Pero a su vez, en algunos casos, los chupetes tienen un propósito terapéutico, como reducir el dolor durante procedimientos cuando no es posible el contacto piel con piel o amamantar.
¿Qué puede decirse entonces de la Interferencia del uso de chupetes con la lactancia? Como ya se mencionó, la revisión sistemática realizada en el proceso de desarrollo de la guía de la OMS en el 2017 encontró poca o ninguna diferencia en las tasas de lactancia humana entre los recién nacidos a término sanos que usaron biberones, tetinas o chupetes en el periodo posparto inmediato y los que no.
Sin embargo, es sabido que, si los chupetes reemplazan la succión, reducirán la cantidad de veces que un bebé estimula fisiológicamente el seno de la madre, lo que conduciría a una reducción de la producción de leche humana, es decir, el chupete estaría desplazando la lactancia. Además, el uso de chupetes puede interferir con la capacidad de la madre para reconocer las señales de hambre y saciedad, al impedir que la madre observe el chasquido de los labios del bebé o la búsqueda del pecho (señales tempranas de hambre), podría retrasar la alimentación hasta las señales tardías del hambre.
Otro tema muy importante, es la asociación entre el uso del chupete y el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL). La Academia Americana de Pediatría (AAP) quien, con base en que el uso del chupete no interfiere con la lactancia humana y los metaanálisis de estudios de casos y controles que han demostrado una reducción asociada en el riesgo de SMSL, recomendó recientemente el uso del chupete para la reducción del SMSL, retrasando la introducción del chupete hasta que la lactancia esté firmemente establecida. Además, en una revisión sistemática del 2021 mencionan que existe una falta de evidencia para confirmar la “creencia” de que el uso del chupete interfiere con la lactancia y realizan las siguientes recomendaciones:
- “No rechazar el uso del chupete durante el sueño en el primer año de vida parece una medida cautelosa”. (Recomendación de grado B).
- “Considerar ofrecer un chupete a la hora de la siesta y a la hora de acostarse”. (Recomendación Grado A).
- “Ofrezca un chupete al bebé cuando lo ponga a dormir en posición supina, y no se lo vuelva a colocar una vez que el bebé esté dormido. Si el infante rechaza el chupete, no lo obligue a usarlo”.
- “Para los bebés amamantados, la introducción del chupete debe retrasarse hasta que la lactancia esté firmemente establecida o hasta que el bebé tenga 1 mes de edad”.
Otro de los motivos por los que habitualmente se rechaza el uso del chupete es el riesgo de alteraciones a nivel de salud oral. Al respecto, varios artículos han mostrado que el uso del chupete después de los 3 años tiene un efecto cada vez más dañino en la dentición en desarrollo. Los cambios más notables son un aumento en la prevalencia de mordida abierta anterior, mordida cruzada posterior y paladar alto y estrecho. Los efectos son más graves si el chupete se usa más allá de los 5 años.
El uso del chupete es frecuente en la mayoría de los países y no suele alterar la dentición si se interrumpe su uso entre los 2 y los 3 años. En una revisión sistemática del 2018, se estableció que el uso de chupete más allá de los 2 años de edad, se asocia con mordida abierta anterior y mordida cruzada posterior, afectando así el desarrollo de las estructuras orofaciales con un grado de evidencia moderado. Sin embargo, se necesitan ensayos controlados aleatorizados bien diseñados para analizar más a fondo los efectos de los chupetes funcionales/de ortodoncia y convencionales en las estructuras orofaciales.
Respecto al lenguaje, la evidencia de cualquier efecto del uso de chupetes en el habla es muy limitada. Un estudio del 2021 obtuvo como resultado que la mayoría de los resultados del habla no están significativamente asociados con el uso del chupete, aunque, su uso puede aumentar la cantidad de errores atípicos del habla que comete un niño pequeño. Sin embargo, solo parece relevante la frecuencia de uso diurno, no la duración o el uso nocturno, y estos errores pueden resolverse con el tiempo.
Este estudio concluye que los profesionales de la salud deben ser conscientes de que la evidencia de los efectos del uso del chupete en el habla es muy limitada. Los médicos y otros profesionales a los que los padres consultan sobre el uso de chupetes deben asegurarse de proporcionar tanto los pros como los contras del uso de chupetes, para que los padres puedan tomar una decisión informada.
En este sentido, otro estudio también del 2021 sugiere que después del primer año de edad se impida el uso del chupete durante la interacción social y se limite el uso a la hora de acostarse, lo cual nos parece muy acertado.
La posición de CIENutrition es educar a los profesionales de la salud apropiadamente para que ellos puedan orientar y asesorar adecuadamente a las madres y cuidadores para la toma de decisiones informadas sobre el uso o la evitación de chupetes, haciendo énfasis en primero establecer exitosamente la lactancia humana.
Escrito por: Katia Rodríguez LN, NCP. Coordinadora de Nutrición Infantil en CIENutrition.
Referencias
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https://apps.who.int/iris/handle/10665/272943
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